Revestimientos contínuos:
De forma recurrente, en edificios de cierta antigüedad, encontramos patologías relacionadas con la degradación de materiales, desgaste o deterioro de elementos y revestimientos. En lo que se refiere a fachadas con revestimientos contínuos, como son enlucidos de mortero, cal o estucos, las patologías se centran, principalmente en las siguientes:
- Falta de adherencia al soporte (deterioro del material o del propio soporte).
- Degradación interna del revestimiento (morteros de mala calidad, ataques químicos…)
- Desgaste externo (exposición a condiciones climáticas, químicas, degradación física directa…)
Ejemplo: Rehabilitación de mirador en Paseo Colón nº 9, Donostia.
Revestimientos discontinuos:
Se trata de revestimientos basados en la adición de piezas prefabricadas o piedra natural a fin de conseguir una superficie continua. Las patologías en este tipo de fachadas se centran en la adherencia o anclaje de las piezas individuales al soporte, así como en la integridad de la propia pieza. Las causas que provocan estas patologías son las siguientes:
- Despegue o no adherencia de la pieza o el anclajes de seguridad (deterioro del soporte).
- Degradación del material que forma la pieza.
- Desgaste externo (exposición a condiciones climáticas, químicas, degradación física directa…)
Elementos singulares:
En ciertas fachadas, los elementos singulares cobran gran importancia, ya sea como elementos estructurales o decorativos. En muchas ocasiones, estos elementos decorativos o secundarios adquieren una función estructural muy importante. En fachadas de cierta antigüedad, el adecuado mantenimiento y protección de estos elementos es fundamental para evitar daños a terceros.
Nuestra profesionalidad se fundamenta en la atención al detalle, la atención personalizada y la experiencia, que nos permite poner el foco sobre esos detalles que marcan la diferencia.